miércoles, 15 de febrero de 2012

Ciencia Pedagógica

Ciencia Pedagógica


            Se dice que la Pedagogía es una Ciencia por que ésta; está expuesta a cambios, estudios, investigaciones y por ende a transformaciones. La Epistemología de la Pedagogía se ocupa de la definición del saber, de las fuentes y de los tipos de conocimientos.

           La Pedagogía, teoría de la enseñanza se impuso a partir del Siglo XIX como Ciencia de la Educación o didactica experimental, y que actualmente estudia las condiciones de recepción de los conocimientos, los contenidos y su evaluación, el papel del educador y del alumno en el proceso educativo y, de forma mas global los objetivos de este aprendizaje, indisociables de una normativa social y cultural.

           En estas ultimas décadas, se ha dado los avances en el conocimiento acerca de como aprenden las personas y como pueden mejorarse; por lo tanto la enseñanza de las disciplinas científicas, han puesto un salto cualitativo en el campo de la educación científica.


                  Pedagogía Cientifica de Jean F. Herbart

           La pedagogía de Herbart es tomada como ciencia; y se basa en la instrucción, la única de toda la educación. Para el instruir al espíritu es construirlo.
Interés es la gran palabra, la palabra mágica en la pedagogía de Herbart. El interés por la verdad; así como por el bien y por lo bello es el principio de la educación.
Para Herbart la religión debe estar inmersa en la educación. Dios para el es “el padre de los hombres”; decía “El niño ve a dios como el padre de su padre y de su madre “.El verdadero destino de cada hombre es interesarse por todo lo que sea humano, o por decir de otra manera, llevar, honrar en sí mismos a toda la humanidad.
Herbart recomendaba a los maestros, entre otros aspectos lo siguiente:

- Siempre hay que hacerse entre lo que se enseña y lo que se enseñaba un punto de unión, una relación. 

- Hay que apartar cualquier idea que pueda obstruir el paso de conocimientos que el maestro va exponer.

- Hay que despertar las ideas que, al tener relación con la lección que se va ha tratar, harán que la comprensión mas cómoda y segura. 

Según Herbart hay cuatro grados de la enseñanza y son: la claridad, la asociación, la sistematización y el método; lo cual quiere decir que la enseñanza debe sucesivamente mostrar, asociar, enseñar y filosofar.

           Herbart considera que la intuición es el preludio necesario de cualquier estudio; ya que gracias a ella el niño distingue, analiza, asocia, corre en todas las direcciones, después se detiene descansa, y se pone en marcha nuevamente. Concedió gran importancia al método descriptivo; pues el análisis así como la descripción; es un método de enseñanza del que no se podría prescindir con incluso el primer grado de instrucción.


Pragmatismo según J. Dewey

Durante el decenio de 1890, Dewey pasó gradualmente del idealismo puro para orientarse hacia el pragmatismo y el naturalismo de la filosofía de su madurez. Sobre la base de una psicología funcional que debía mucho a la biología evolucionista de Darwin y al pensamiento del pragmatista William James, empezó a desarrollar una teoría del conocimiento que cuestionaba los dualismos que oponen mente y mundo, pensamiento y acción, que habían caracterizado a la filosofía occidental desde el siglo XVII Para él, el pensamiento no es un conglomerado de impresiones sensoriales, ni la fabricación de algo llamado “conciencia”, y mucho menos una manifestación de un “Espíritu absoluto”, sino una función mediadora e instrumental que había evolucionado para servir los intereses de la supervivencia y el bienestar humanos.
            Esta teoría del conocimiento destacaba la “necesidad de comprobar el pensamiento por medio de la acción si se quiere que éste se convierta en conocimiento”. Dewey reconoció que esta condición se extendía a la propia teoría. Sus trabajos sobre la educación tenían por finalidad sobre todo estudiar las consecuencias que tendría su instrumentalismo para la pedagogía y comprobar su validez mediante la experimentación.
           Dewey estaba convencido de que muchos problemas de la práctica educativa de su época se debían a que estaban fundamentados en una epistemología dualista, por lo que se propuso elaborar una pedagogía basada en su propio funcionalismo e instrumentalismo. Dewey estaba convencido de que no había ninguna diferencia en la dinámica de la experiencia de niños y adultos. El pensamiento constituye para todos un instrumento destinado a resolver los problemas de la experiencia y el conocimiento es la acumulación de sabiduría que genera la resolución de esos problemas

           Dewey afirmaba que los niños cuando llegan al aula “ya es intensamente activo y el cometido de la educación consiste en tomar a su cargo esta actividad y orientarla”

           Una educación eficaz requiere que el maestro explote estas tendencias e intereses para orientar al niño hacia su culminación en todas las materias, ya sean científicas, históricas o artísticas. “En realidad, los intereses no son sino aptitudes respecto de posibles experiencias; no son logros; su valor reside en la fuerza que proporcionan, no en el logro que representan”. Dewey concluía con estas palabras: “Los hechos y certezas que entran en la experiencia del niño y los que figuran en los programas estudiados constituyen los términos iniciales y finales de una realidad. Oponer ambas cosas es oponer la infancia a la madurez de una misma vida; es enfrentar la tendencia en movimiento y el resultado final del mismo proceso; es sostener que la naturaleza y el destino del niño se libran batalla”.

           La pedagogía de Dewey requiere que los maestros realicen una tarea extremadamente difícil, que es “reincorporar a los temas de estudio en la experiencia”. Construyendo un entorno en el que las actividades inmediatas del niño se enfrenten con situaciones problemáticas en las que se necesiten conocimientos teóricos y prácticos de la esfera científica, histórica y artística para resolverlas. En realidad, el programa de estudios está ahí para recordar al maestro cuáles son los caminos abiertos al niño en el ámbito de la verdad, la belleza y el bien y para decirle: “les corresponde a ustedes conseguir que todos los días existan las condiciones que estimulen y desarrollen //las facultades activas de sus alumnos. Cada niño ha de realizar su propio destino tal como se revela a ustedes en los tesoros de las ciencias, el arte y la industria”.

Escuela Activa

                         MARÍA MONTESSORI


Sobre la Escuela Nueva
La Escuela Nueva es una corriente educativa que surgió a finales del siglo XIX y continua durante el siglo XX. Esta corriente surge de la comprensión que se empieza a tener de las características de la infancia, dejando a un lado la enseñanza tradicional. Esta corriente surge en Europa con el interés por el estudio científico del niño y de la infancia. Al mismo tiempo surge en Estados Unidos la Escuela Progresista, que igualmente es una respuesta en contra de la Escuela Tradicional. Lo más importante en esta corriente es el aprender haciendo, en un ambiente educativo donde el niño pueda manipular el mobiliario y se de libertad para aprender, dejando a un lado el aprendizaje memorístico.        El aprendizaje se va construyendo a través de motivaciones e intereses tanto del alumno como del profesor. Esta corriente también se denomina como Escuela Activa y Escuela Moderna, dependiendo del lugar donde se desarrollo el movimiento.

Así, lo importante para ésta escuela son lo siguientes planteamientos:
· El niño sería el elemento fundamental (paidocentrismo)
· Nuevo desarrollo de métodos para alcanzar el aprendizaje
· El profesor como "guía" del proceso de formación
· El ambiente específicamente diseñado para la actividad educativa
· El contenido va completamente de la mano con el fin del aprendizaje
· Con teorías y postulados para el desarrollo de la educación.


EDOUARD CLAPAREDE

      Es uno de los defensores de la escuela activa, partiendo de la idea de que la actividad es siempre provocada por una necesidad, considera que la educación ha de tener el propósito de estimular la actividad motivada al niño, para hacer actuar al alumno hay que colocarlo en circunstancias tales,  que experimente la necesidad de realizar la acción que de él se espera. Éste considera el juego como base de la actividad, ya que el juego es una necesidad esencial, vital y como toda necesidad biológica debe ser atendida por la educación. El juego es la expresión de la necesidad de actividad propia de todo organismo vivo, en el niño esa actividad no tiene finalidades extrínsecas, por eso el juego es su actividad típica. La infancia es la edad del juego, de la plasticidad, de donde se pasa paulatinamente al trabajo que es el complemento natural del juego. Siendo el juego una de las Principales necesidades del niño, es natural que sea considerado la base de la educación y de toda actividad.

           La Educación no es una preparación para la vida, sino la vida misma y como la vida es acción, así también la educación tiene que ser igualmente activa, sostiene que el saber debe estar al servicio de la acción ya que no tiene otro valor que alcanzar, lo mejor posible, la satisfacción de la necesidad que la hecho surgir. Estas afirmaciones de Claparede permiten apreciar una concepción pragmática de la educación, bastante cercana a la de Jhon Dewey.


OVIDE DECROLY

          La Escuela Activa tiene como norma invariable el respeto a la personalidad del niño. El niño no es una copia accidental de los adultos, pero sí puede ser, como tantas veces es, la copia inconsciente o el renuevo consciente de ellos.
           Pensamos al respecto que la relación entre el adulto y el niño, para que sea armoniosa, debe basarse en el respeto a la personalidad mutua. No deberíamos los adultos, en conciencia, exigir ni imponer a los niños el deber de respetarnos en tanto no estemos dispuestos a reconocerles su derecho a ser respetados. Un principio importante de respeto es no inhibir en el niño el descubrimiento del sentido de la libertad. Nos referimos a la libertad entendida como una herramienta que permite el desarrollo de todas las facultades humanas y nunca como las "libertades" que algunas personas o instituciones le han adjudicado a la escuela activa y que no corresponden ni remotamente ni a su filosofía ni a su metodología.

La libertad en la Escuela Activa debe entenderse como la no inhibición y la no represión de la acción física, intelectual y espiritual del niño, a lo cual debe añadirse el ambiente que favorezca el florecimiento de todo ello. Ser libre es hacerse libre. ¿Cómo? Ejerciendo la libertad, más no la libertad que degrada, sino aquella que construye e integra en el ser humano todo lo mejor y más positivo de su naturaleza.



                                                                                            Luis O. Perdomo
                                                                                           C.I. V-14.938.225



                           

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